En un artículo anterior te coloqué al tanto respecto a
lo que significa tener mentalidad de víctima. Y establecimos que
básicamente quien emplea este recurso, busca “atención” por parte de quienes le
rodean.
Pero, los psicólogos sabemos que quienes tienden a
victimizarse, en el fondo buscan algo más. ¿Te interesa descubrirlo?
Acompáñame en este interesante artículo que te dejará con la boca abierta.
Victimización y
codependencia van de la mano
Si eres una persona que ha estado en contacto con
compañeros de trabajo, familiares o incluso una pareja que suele lamentarse por
lo horrible que resulta su vida, sabes de primera mano lo incómodo que es
intentar convencerlos que están equivocados, y que vale la pena luchar para
sacarle lo mejor a “la catástrofe que padecen”.
La verdad, es que primero te desgastarás tú antes
de conseguir un cambio en la actitud de esa persona. ¿Por qué? Porque para
quien asume el papel de víctima se convierte en una rutina natural manipular a
otros para satisfacer sus necesidades.
Para ejemplificarlo de una mejor manera, podemos
observar la dinámica manipuladora de un codependiente en una relación de
pareja.
Tal y como ocurre cuando hay adicciones de por medio,
o incluso enfermedades crónicas o discapacidades. El que se siente en
aparente “desventaja” por necesitar del apoyo del otro, puede incluso exagerar
sus problemas para que, en la pareja o familiar más abnegado, surjan
sentimientos de culpa, comprensión y dolor constante.
Jugar a la
víctima
Cuando una persona se siente “cómoda” en su papel de
víctima, y en este punto hay que aclarar que dicho individuo jamás lo admitirá
públicamente puesto que la imagen que desea darle al mundo es de sufrimiento,
pero tras esa careta, se esconde una habilidosa persona que realmente disfruta
de su capacidad para controlar la psiquis de otros. Desarrollará patrones
de comportamiento para no perder a su presa pase lo que pase.
Estudios demuestran que la mentalidad de víctima se
aprende y se desarrolla desde la infancia, a través de la observación de los
mayores. En donde se puede crecer creyendo que quien está desamparado,
recibe más atención, afecto, cuidados y mimos que quien aparenta valerse por sí
mismo.
Además, también se han encontrado pautas que indican
que quienes en su adultez viven desde la mentalidad de víctimas, en su niñez
fueron abusados sexualmente, psicológicamente o avergonzados de una manera tan
decisiva, que su autoestima se formó sobre bases erróneas.
No obstante, existen casos más complejos de
victimización, que involucran trastornos mentales, como ocurre con la
mitomanía, en donde la persona es capaz de asumir un comportamiento falso como
algo naturalmente creíble, manipulando a todos a su paso.
¿Qué hacer si
descubres que padeces de victimización?
Entendiendo que la mentalidad de víctima se aprende,
entonces lo mejor por hacer será “desaprender”. Este proceso no es
sencillo, amerita tiempo y fuerza de voluntad.
Requerirás apoyo profesional para descubrir de dónde
provienen tus traumas, y establecer las sensaciones de satisfacción que te
genera conseguir toda la atención de protección y comodidad que te brindan tus
conductas de víctima en la actualidad.
Lo mejor es acudir con un psicólogo, quien se
encargará de enfocar tu comportamiento hacia una nueva realidad mucho más sana
y aceptable socialmente. ¡En Mi Psicólogo Barakaldo encontrarás al
profesional que puede ayudarte!
Ahora ya lo sabes, además de atención, una persona que
se victimiza, lo hace porque necesita controlar a la persona con la que ha
generado una simbiosis de codependencia.
¿Tienes alguna pregunta sobre el tema? Escríbeme,
con gusto te responderé.