Nadie desea
reconocer que ha sido víctima de una estafa. Esta clase de situaciones generan
confusión, tristeza y decepción sobre aquello que “tal vez” pudo evitarse de
haberse tomado más precauciones o la asesoría adecuada.
Pero, resulta
aún peor cuando la persona que te estafa es alguien cercano. Entonces crece la
culpa y el enojo. Es normal que los recuerdos positivos y experiencias vividas
con esa persona, se entremezclen con la idea de que se han aprovechado de ti.
Un caso real
El caso de Iñaki
es un caso de un periodista que tenía un socio, a quien le brindó apoyo, afecto
y amistad, cuando todos le daban la espalda, no hubiera pensado ni por un
momento en que perjudicaría su actuación no solo económicamente, sino a nivel
personal.
La historia se
resume en que trabajaron durante casi un año en un programa de radio y empezaron
a generar suficiente dinero como para pagar gastos y vivir con comodidad. Pero,
a medida que ingresaban más dinero, él más descuidaba su trabajo, viajaba y se
relacionaba con personas que solo se le acercaban por interés.
De un momento a
otro, no dudó en robar una fuerte suma de dinero que no le correspondía. Al
notarlo, Iñaki le llamo la atención, pero, obviamente, a este le disgustó. Después
de esto, cogió mucho más dinero y se alejó, dejando atrás esta acción serias
consecuencias que casi acaban en una demanda.
¿Qué puedes hacer?
Si has pasado
por una situación en la que te sentiste embaucado, solo me resta decirte que no
debes culparte de nada, ¡esto no te ayudará a recuperar tu dinero, ni tu
confianza! El dinero va y viene y lo que es tuyo por derecho, siempre retorna a
ti multiplicado. ¡Eso me gusta creer!
También podría
ayudarte “dimensionar tu pérdida” o lo que es igual, colocar en una balanza las
cosas que tal vez hubieran podido sucederte a futuro si no hubiera ocurrido en
este instante la estafa.
Las cosas
materiales se recuperan, pero ¿qué hay de la ética de cada quién?
Y finalmente,
cada experiencia “debe servir de aprendizaje”, después de esto estarás mucho
más atento ante cualquier señal que te haga dudar de la honestidad de una
persona o de un negocio. Por ejemplo, Iñaki entendió por qué otras personas le
daban la espalda a este hombre.
Cuando hayas curado
por completo la rabia y el temor, verás que son más las personas buenas
dispuestas a ayudar, que las que ocultan segundas intenciones. Pero esto es
algo que solo tú podrás entender y experimentar cuando estés preparado(a).