La máquina más
compleja que puedes manejar, ¡es tu cerebro! Este posee tantas interconexiones
que fácilmente puedes compararlo con el universo estrellado.
Lo singular del
ser humano actual, es que puede aprender y desaprender la información que desee
y además, gracias a los avances de la tecnología, conectarse con el
ciberespacio empleando su dispositivo móvil.
Pero, ¿cómo está afectando este intercambio de
información a tu cerebro?
La corteza
cerebral registra constantemente las experiencias y cuando uno se involucra en
actividades repetitivas (como recurrir a tu móvil cada vez que escuchas un
mensaje de texto o ponerte al tanto de cualquier nueva información), esos
hábitos se fijarán en tus vías neuronales.
¿Qué dice la ciencia?
Estudios
recientes han apuntado que muchas personas experimentan una relación adictiva
con sus móviles, lo que deriva en cambios en la retroalimentación de sus
expectativas y recompensas que subyacen tanto en la adicción, como en conductas
compulsivas.
Sin duda, nos
gusta sentir que nuestras necesidades son cubiertas (comida, placer, bienestar,
relaciones amorosas correspondidas, belleza, y refugio), esto altera nuestra
mente. Por ejemplo, cuando encontramos a la pareja indicada, el sistema de
recompensa del cerebro segrega dopamina. Por lo que, si te sientes bien,
refuerzas tus comportamientos para mejorar aún más tu condición.
Pero, cuando nos
excedemos en aquello que nos gusta, caemos en adicciones que son
contraproducentes. La tecnología puede ser menos peligrosa que las drogas, pero
el proceso cerebral es el mismo que el que desarrolla un adicto cuando busca
recompensas por medio de alguna sustancia psicotrópica.
¿Qué sucede cuando abusas de la tecnología?
Las personas que
se acostumbran a las alarmas de mensajes de texto, redes sociales y
notificaciones automáticas, están recibiendo estímulos digitales que pueden
desencadenar euforia, ansiedad, depresión e irritabilidad.
Para saber si tu
relación con el móvil es tóxica, puedes responder a las siguientes preguntas:
¿Necesitas verificar constantemente tu teléfono en busca de alguna señal de
mensajes?, ¿te alteras si te das cuenta de que la batería se está agotando y no
dispones de enchufes cerca?, ¿pasas más tiempo con tu móvil que con tu
familia?, ¿te sientes triste si no hay interacción digital con otras personas?
Si respondiste
afirmativamente a todas o a la mayoría de estas preguntas, estás en cierta
forma descargando tus funciones cognitivas en la tecnología, haciendo de tus
relaciones y proceso de memorización cada vez más banal.
La tecnología
posee por ende dos rostros, uno mediante el cual nuestro cerebro se activa y
apasiona por lo nuevo; y el otro, socava nuestra mente, nos hace más perezosos,
menos activos físicamente y más olvidadizos ya que los avisos de las cosas
importantes recaen en el móvil.
Información no es sinónimo de conocimiento
Por otra parte,
las emociones y la percepción de uno mismo también se ven alteradas cuando uno depende
excesivamente de su móvil.
Un ejemplo de
esto es la sobrecarga de información a la que nos enfrentamos a diario.
Recibimos muchísima información, sin embargo, por más que recibas millones de
datos a descodificar a diario, solo puedes asimilar correctamente una pequeña
parte de los mismos.
Por ende, tu
sabiduría no avanza en dirección a los temas realmente transcendentales,
afectando la memoria a largo plazo (o de fijación de recuerdos).
¡La imagen personal no se queda atrás!
Desde la aparición
de los selfies, la autoimagen y el ego, dieron un vuelco importante. Actualmente las personas le dan un peso
valioso a exhibirse, idolatrarse y esperar estímulos a través de halagos de
terceras personas por medio de las redes sociales.
Cuanta más
relevancia se le da a la imagen de sí mismo, menos compromiso se siente hacia
el prójimo y hacia sus problemas y necesidades, ya que la capacidad de atención
gira sobre el propio ego.
A pesar de que
los móviles y la tecnología en general nos facilita la vida, está en nuestras
manos evitar que también nos controle por completo.
Para evitar caer
en las trampas que afectarán a priori a tu cerebro, procura desconectarte de tu
teléfono y disfrutar el tiempo practicando meditación, disfrutando de un buen
libro, y uniéndote a más actividades sociales.
Y recuérdalo, si
crees que puedes tener cualquier problema de adicción de otro tipo relacionado
con el móvil, no lo dudes y ponte en contacto con profesionales en la materia
para poder salir de esa situación lo antes posible y que las consecuencias no vayan
a más. Puedes ponerte en contacto con Mi Psicólogo Barakaldo en el 675 713 537
o por email en mipsicologobarakaldo@gmail.com