¿Has notado que desde hace algunos años
la industria de cine hollywoodense nos ha bombardeado con películas de
superhéroes? Vengadores, Capitán América y Thor son solo algunos ejemplos de
esto. Muy aparte de la trama que se maneja en cada película, todas tienen algo
en común: hombres esculturales con abdominales de acero salvando el planeta.
Esto ha traído como consecuencia que
jóvenes, niños y hasta hombres adultos crean que ese aspecto es el canon de belleza
masculino actual. Lamentablemente, las películas de superhéroes no son las
únicas que han contribuido a esto, sino que, a donde sea que miremos hay
anuncios publicitarios en los que se exhiben modelos con cuerpos musculosos y
fornidos.
Este exceso de cuerpos esculturales ha
hecho que el hombre común comience a cuestionarse su atractivo, ya que la gran
mayoría de las mujeres no temen manifestar la atracción y el deseo que sienten
por esos actores y modelos que observan a través de la pantalla grande o de los
carteles publicitarios. Indiscutiblemente, la confianza y autoestima de los
hombres se ha visto afectada por esto. Muchos han comenzado a sentirse
inconformes con su físico, por lo que han buscado diversas estrategias para
corregirlo. Las más frecuentes son acudir al gimnasio y adoptar una
alimentación saludable.
Vigorexia:
la obsesión por un físico “perfecto”
Hay ocasiones en las que las ganas de
ejercitarte para lograr tener un cuerpo atlético se salen de control y se
convierte en una obsesión. Cuando esto ocurre, aparece un trastorno al que los
especialistas hemos consentido en llamar Vigorexia.
Cualquier hombre es susceptible de
padecer este trastorno. Se fundamenta en la percepción distorsionada de que
pueden lograr su misma apariencia. Debido a esto e impulsados por un imperioso
deseo de adquirir un cuerpo escultural suelen someterse a sesiones
interminables y agotadoras de ejercicios todos los días.
Muchos creen que observarán resultados
satisfactorios en poco tiempo. Sin embargo, en la mayoría de los casos no ocurre así. Hay quienes tardan
más tiempo que otros en observar algún cambio positivo en su apariencia. Esto
se debe a muchas razones, como por ejemplo la genética.
De acuerdo a los especialistas, hay
quienes tienden a acumular grasa con facilidad (endomorfos), hay otros que son
de contextura delgada y por más que ejerciten adquieren masa muscular muy
lentamente (ectomorfos) y unos pocos son los que realmente consiguen resultados
evidentes después de un corto período de tiempo en el gimnasio (mesomorfos).
Cuando un individuo se somete a
ejercicio intenso y no alcanza los resultados esperados, puede caer en la depresión,
puesto que ve que sus esfuerzos no son recompensados. Esto potencia la
percepción errónea de sí mismo. En el caso de las personas que tienen una baja autoestima,
el sentimiento de inconformidad es mucho más profundo, lo que puede
desencadenar algún otro tipo de trastorno psicológico.
¿Cómo superar esa falsa percepción de sí
mismo?
Como debes imaginar, resulta bastante
difícil superar esos pensamientos de inferioridad y frustración. Lo primero que
recomendamos los especialistas es comenzar a aceptarse uno mismo. Es importante
entender que todos y cada uno de los seres humanos somos distintos y eso está
bien. Cada quien tiene cualidades propias que son igualmente valiosas.
Así mismo, también se recomienda no
sobreexponerse a aquello que ocasiona esos sentimientos. Esto quiere decir, no
obsesionarse viendo películas en las que aparecen personajes aparentemente
“perfectos”.
Y por supuesto, lo más importante es
aprender a amarse a uno mismo y a aceptarse tal cual se es. Tener o no un
cuerpo escultural y atlético no es lo relevante, sino lo que hay dentro, los
sentimientos, los valores y la forma en cómo tratamos a quienes nos rodean.