Llega el otoño, las hojas de los árboles cambian su color de verde a marrón, hasta que inevitablemente todo se torna naranja y gris. De igual manera pareciera que el panorama y la temperatura hacen que el ánimo fluctúe, los rostros palidezcan y la sonrisa desaparezca. A esto se le conoce como efecto otoño o astenia otoñal.
Para aquellas personas que viven en países donde las
estaciones del año están bien definidas, se aplica el término astenia otoñal a
un conjunto de padecimientos emocionales que se experimentan en el cambio de
estación.
Es decir, el organismo se enfrenta a un período de
adaptación donde el estado de ánimo cambia, la sensación de sueño incrementa,
el humor varía haciendo a las personas más agresivas o más pasivas.
Se estima que afecta al 6% de la población, en
especial a personas entre 40 y 55 años de edad.
Las causas suelen ser más físicas que emocionales,
aunque estas últimas no se desechan totalmente y la raíz del problema radica en
dos hormonas que requieren la luz del sol para su producción en el ser humano.
Por un lado, la melatonina, regula el sueño y la
temperatura corporal y como es bien sabido, en otoño la temperatura ambiental baja,
ocurre reducción en la intensidad del sol. Lo que genera sensación de
cansancio, sueño, tristeza, dolencias físicas y apatía. La melatonina aumenta
su nivel en el organismo en épocas otoñales. Y por otro lado la hormona de
la felicidad, la serotonina, que requiere que nos expongamos al sol. Como el
sol en otoño es escaso, la hormona disminuye.
Uno de los síntomas más comunes en otoño es la
incapacidad para sentir placer ante cualquier actividad incluyendo el sexo.
Además de sentir dificultad para concentrarse y una desmotivación por
actividades que normalmente causaban satisfacción (a esto se le denomina
anhedonia).
Este
síndrome suele durar apenas unos días o unas semanas, mientras la persona se
adapta al cambio estacional. Las alteraciones en el biorritmo varían debido a
los cambios climáticos y la persona se readapta hasta la próxima estación.
Para superar la astenia otoñal, se recomienda que las
personas se expongan al calor y a luz del sol al menos diez minutos al día. Además,
es necesario practicar algún deporte esto le ayudará a liberar endorfinas (la
hormona que evita la depresión), salir con los amigos (ya que las relaciones
familiares y sociales evitan cualquier depresión o bajón emocional que surge en
esta época del año), mantener una dieta equilibrada y dormir las horas que
normalmente se acostumbran a pesar de que el clima te motive a dormir más
tiempo.
Es necesario comer al menos siete veces al día para
que el cuerpo pueda tener carbohidratos suficientes para mantenerse, hidratarse
bien e incorporar a la dieta los alimentos de la felicidad (es decir chocolate,
pimientos, plátanos y piña, el arroz y la pasta).
Si lo síntomas continúan por más de quince días y la
persona sufre fiebres, pérdida de peso e insuficiencia respiratoria debe acudir
a un médico.