Toda persona necesita de un amigo, ese ser humano con
cualidades afines a las tuyas, que de una manera u otra siempre sabe qué decir
y cómo actuar cuando pareciera que nada te sale bien y el mundo está en tu
contra. Una persona que siempre está cuando la necesitas, es tu confidente
y tu aliado en cada aventura.
Posiblemente desconozcas lo ventajoso que es par tu
salud tener amigos. La amistad le permite a la persona distraerse, relajarse y
desahogarse. La angustia compartida permite encontrar soluciones donde
aparentemente no existían.
Las
personas que gozan de amistades reales y duraderas, tienden a mantener su
presión sanguínea estable, en comparación con aquellos que viven de forma más
asocial. El comportamiento social es beneficioso para la salud, siempre y
cuando los amigos sean personas equilibradas, razonables y con buena
autoestima. De lo contrario la relación puede influir negativamente en el otro.
En un estudio efectuado a 15.000 personas con
problemas para relacionarse socialmente (apatía social, desgano para hablar,
temor al otro, desconfianza) se determinó que la falta de contacto social
afectaba al organismo de la misma manera que si fumaran o tuviesen un estilo de
vida sedentario.
Ya que los amigos se eligen, depende de una decisión
personal incorporar nuevos afectos a nuestra vida o no. El beneficio de la
amistad está en la calidad de la misma, no en la cantidad. Se pueden tener
decenas de amigos, pero solo aquellos que permanecen tanto en las malas como en
las buenas son los que aportan ese extra a la salud.
El
aislamiento social y sus efectos también dependerán de la edad de la persona.
Es decir, no se ve afectado de la misma manera un adolescente que una persona
madura o un anciano.
La madurez emocional permite distinguir entre amistad
real y compañerismo. Un adolescente necesita más atención de personas de su
edad que una persona de treinta años. Pero después de los sesenta años de edad
nuevamente se requiere de atención y solidaridad.
Incluso en casos de enfermedades graves o personas que
enfrentan tratamientos médicos agresivos, aquellos que cuentan con el apoyo de
sus amigos superan más rápido y de mejor manera sus problemas de salud. Fortalecer
los nexos amistosos con la familia, compañeros de estudio, trabajo y vecinos,
deja huellas favorables en nosotros y en el otro.
Ser amigo de alguien es un compromiso, no se trata de
recibir y recibir cuando lo requerimos, sino de dar cuando el otro también
necesita de nosotros. También debes tomar en consideración que los amigos
se aceptan tal cual son, no puedes cambiar la manera de ser, pensar y actuar de
alguien más a tu conveniencia. Respétalos y valóralos, porque no todos tienen
el privilegio de contar con alguien que les tienda la mano cuando es requerido.
Por algo
dice un refrán que los amigos se cuentan con los dedos de la mano, y a veces
sobran dedos. Las amistades reales son bastante escasas, contar al menos con un
amigo es un privilegio.