DINERO Y RELACIÓN DE PAREJA

El dinero es necesario para la satisfacción de las necesidades, en cualquier asociación de personas el dinero tiene relevancia, y las parejas consisten en una asociación de personas con el fin de cumplir objetivos de vida. Por lo tanto, el dinero permite el sustento del hogar, el esparcimiento y la estabilidad para planificar a largo plazo.

Con el avance de la sociedad y la economía avasallante de muchos países, el rol de las mujeres ha ido tomando nuevas dimensiones. Ya no basta con ser madres y amas de casa, ahora, se hace necesario que trabajen y produzcan tanto o más que sus parejas.




Los hogares donde la mujer asume el papel de madre y padre, van en aumento. Y también existe otra cualidad que impera en la sociedad, que es que los hombres son menos estables en sus puestos de trabajo que las mujeres.
Muchas empresas tanto públicas como privadas prefieren féminas en sus puestos de confianza por la responsabilidad con que asumen sus tareas, la confiabilidad y el trato amable cuando se trata de relaciones con el público. Las mujeres son más organizadas, asumen más tareas y las entregan más rápidamente. También poseen más habilidades para trabajar desde el hogar, son dedicadas y meticulosas.
Pero, la relación entre el dinero y la estabilidad familiar, suele verse afectada cuando no existe madurez en la relación. El dinero influye en la pareja cuando uno o ambos de los miembros asumen por completo las tareas del otro o se basa en su holgura económica para humillar y someter al otro.
El factor dinero mal llevado, mal entendido, lleva a la ruptura de muchas relaciones.


Consecuencias negativas del dinero como único interés en la pareja:
1.- Desintegración familiar: Algunas parejas se manejan en función del dinero como símbolo de poder. El poder se materializa en cosas y viajes, para poder obtenerlas se sacrifica el tiempo que se le dedica a los hijos. Los hijos solo obtienen gratificaciones económicas, pero no atención real, interés por sus logros, ni afecto. Y por su parte los padres en su afán de competir por tener cada día más dinero, también se distancian hasta convertirse en extraños.




2.- Se afecta el ego masculino: La sociedad sigue viendo al hombre como el proveedor, por lo que si este no cumple con su función es criticado. Si la mujer no genera ingresos no se le señala.
3.- Confundir dinero con afecto: El dinero no compra el amor, puede comprar placer en personas interesadas, pero no amor real ni compromiso duradero. El dinero solo satisface necesidades, no suple al cariño de padres, ni el amor de pareja.
4.- Sadismo: El dinero es visto por algunos como la mejor alternativa para pisotear a la pareja, humillar y maltratar. En este caso el dinero se ve desde la perspectiva sádica. Por ejemplo: Te ofrezco “ayuda” pero es porque eres un inútil, incapaz de servir para nada, por eso eres poca cosa.
5.- Cuando el dinero se despilfarra: Cuando el dinero que se ingresa es despilfarrado por alguno o ambos miembros de la pareja, es muy difícil conseguir estabilidad.
El dinero mal manejado, mal invertido, no ahorrado o desviado para vicios y compras superfluas, incide en gran medida en la desintegración del hogar.
Cuando existe madurez y metas claras en una pareja, se construyen nexos de confianza y de inversión a largo plazo. Entendiendo que la responsabilidad de aportar dinero influirá en la calidad de vida de ambos es mucho más fácil manejar los ingresos adecuadamente.
Los psicólogos son buenos consejeros en materia financiera, de hecho, en los últimos años se han establecido cursos sobre psicología financiera por medio de los cuales se les explica a las personas (parejas o no) como superar obstáculos económicos sin colocar en riesgo bienes inmateriales como la salud, el amor, la familia y las amistades.