¿Sufres dolor en el estómago? ¿Acidez constante y
ulceras? ¿Y el médico no consigue causas asociadas a tal mal? Es posible que
sufras de gastritis emocional.
Esta enfermedad es causada por el estrés, la ansiedad y los problemas no resueltos. De nada te servirá colocarle pañitos de agua tibia a los problemas. Si no los afrontas, tu cuerpo te lo reclamará con dolencias.
Este trastorno emocional es más común de lo que te imaginas, afecta al estómago y su mucosa al punto de ser confundido con intestino irritable.
Esta enfermedad es causada por el estrés, la ansiedad y los problemas no resueltos. De nada te servirá colocarle pañitos de agua tibia a los problemas. Si no los afrontas, tu cuerpo te lo reclamará con dolencias.
Este trastorno emocional es más común de lo que te imaginas, afecta al estómago y su mucosa al punto de ser confundido con intestino irritable.
Los tratamientos médicos apenas son un paliativo.
Hasta que no se logre identificar qué es lo que genera estrés en el sujeto, no
se podrá tener una cura definitiva para tal padecimiento.
Los síntomas son iguales a los de las gastritis
producidas por la bacteria Elicobacter Pylori, inician con sensación de pesadez
al comer, ardor después de comer, reflujo intestinal, calor interno, sensación
de nauseas, intolerancia a ciertos tipos de alimentos, dolor, y en el peor de
los casos ulcera intestinal. Sin embargo, la raíz del problema no es
ninguna bacteria, sino problemas no resueltos que generan tal grado de presión
sobre la persona que empiezan a manifestarse y hacerse presentes de algún modo
en su vida cotidiana, imposibilitándola para efectuar ciertas actividades que
antes llevaba a cabo sin problemas, y limitándola para disfrutar de comidas y
bebidas que eran comunes en su dieta alimenticia.
El doctor se encargará de indicarte que medicamentos y
alimentos pueden mejorar tu situación, sin embargo, la gastritis emocional
puede volver en repetidas ocasiones e incluso hacerse crónica, ya que el
nerviosismo y las preocupaciones desencadenan nuevamente todo el proceso
inflamatorio intestinal. Por todo ello, es necesario de un psicólogo para
aprender a gestionar el estrés y la ansiedad.
Tratamiento
Además de comer sano y evitar grasas e ingesta de
licor, se recomienda la ingesta de fibra, frutas, leche de soja y mucha agua.
Pero principalmente controlar los estados de ánimo.
Evita las explosiones de ira, evita acumular problemas, practica el diálogo
franco ante lo que te disgusta, es decir aprende a exponer tus puntos de
vista ante tus jefes, familia, empleados, hijos y pareja (se una persona asertiva).
Practica la meditación o alguna actividad que te
distraiga y rompa con tu rutina y los pensamientos absorbentes que te
descontrolan.
Acude a un psicólogo, quien puede orientarte y
ayudarte a expresar tus problemas y a buscar soluciones a los mismos. Identificando
las causas, bien sean familiares, laborales o por conceptos erróneos sobre lo
que debes hacer para ser mejor persona, mejor madre, padre, pareja, etc.
Debes tener claro que una persona enferma en la
familia, se convierte en carga para el resto de sus miembros. Enfocarse en
recuperar la salud y reorganizar tus tareas traerá consecuencias favorables como
una mejor autoestima y más claridad para afrontar problemas futuros.
Recuerda
que el único que puede determinar si tu padecimiento es emocional o si proviene
de un problema físico con bases específicas como bacterias, mala alimentación,
enfermedades hereditarias o alergias a determinadas comidas, es el médico.
Nunca te autoevalúes. No confundas tus síntomas y los problemas diarios con la
posibilidad de que se trate de una gastritis emocional.