¿Qué piensas cuando ves la palabra hipopotomonstrosesquipedaliofobia? Si no la conocías seguramente te sorprendiste por lo larga que se ve la palabra. A lo mejor intentaste leerla pausadamente o simplemente la ignoraste, porque no te gusta complicarte con cosas que parecen impronunciables.
El trastorno tiene su origen en el miedo a pronunciar
incorrectamente una palabra de larga extensión y equivocarse quedando en
ridículo, y tal vez ser considerado como una persona de poca
inteligencia. Si bien es uno de los miedos irracionales menos comunes y no
existen muchos casos documentados al respecto, la sintomatología de quienes la
experimentan es tan similar al de una fobia que se ha catalogado como tal.
Si estás pensando que el término que define la
condición parece una burla a aquellos que la sufren, no eres la excepción. Es
por esto que muchos especialistas han decidido llamarlo simplemente
Sesquipedaliofobia.
Aunque para muchos expertos ha sido difícil explicar
por qué hay personas que la sufren, es fácil deducir que, como todo trastorno
fóbico, este se genera por una mala experiencia o una experiencia traumática
que ha evolucionado con el tiempo. Algunos ejemplos pueden ser intentar
aprender a pronunciar una palabra en específico y fallar o ser víctima de
burlas cuando se tiene dificultad para leer correctamente términos
largos. En estos casos puede ser común generar como respuesta un rechazo a
todas las palabras de este tipo y evitarlas tanto como sea posible, ya que las
personas que la sufren se sienten realmente intimidadas por pronunciarlas y
leerlas.
Identificar a las personas que padecen esta condición
es muy sencillo, porque se notará un miedo injustificado cuando deben entrar en
contacto con lo que les causa miedo. Los síntomas pueden variar
dependiendo de cada caso, pero los más frecuentes son: sudoración en las manos,
palpitaciones aceleradas, ansiedad y sequedad en la boca.
Las personas con
hipopotomonstrosesquipedaliofobia son conscientes de que su condición es
completamente ilógica, pero su subconsciente se descontrola y no les permite
ordenar sus ideas y actos de manera normal.
La ayuda psicológica siempre será una solución
si la fobia es excesiva e impide desenvolverse con normalidad en entornos
sociales.
Sin embargo, a estas personas puede costarles
pedir la ayuda requerida, ya que esta fobia viene acompañada de timidez social. Una
vez atendido por un psicólogo, el tratamiento consistirá en detectar el
desencadenante de la fobia, reemplazar las experiencias negativas por
positivas, y resolver todas las creencias y pensamientos distorsionados en
torno a dicho miedo.
Si se considera que el trastorno es muy grave,
el tratamiento podría ir acompañado de medicamentos para lidiar con la ansiedad.
Para evitar causarles esta fobia a otros, es
recomendable evitar burlarse de alguien con dificultades de lectura y ayudarlos
en lo posible con críticas constructivas. En el caso de los niños mientras
están aprendiendo a leer, se les debe enseñar técnicas de lectura correctas,
para que no teman equivocarse. Esto les ayudará a tener confianza en sí
mismos y encarar cualquier trauma incipiente hasta vencerlo.