Aunque te
suene increíble, puede que la contradictoria naturaleza humana nos resulte
bastante inverosímil en cuanto a gustos y amor respecta. Un estudio
realizado en Gran Bretaña, reveló que son mucho más atractivas las personas
comprometidas que las solteras. Al parecer, nos gusta aquello que no está
disponible o que les llama la atención a nuestros pares.
Expertos aseguraron que las opiniones de los demás, de
alguna manera poseen peso en las propias opiniones y conceptos de belleza que
poseemos. Por lo que tanto hombres, como mujeres, solemos cambiar nuestros
modos de pensar respecto al atractivo de otra persona, si la opinión general
indica que el sujeto en cuestión “es atractivo” aunque originalmente no
resultara llamativo ante nuestros ojos. Esto demuestra que la presión
social y el deseo de aceptación, hacen fluctuar nuestras respuestas y gustos
hacia otros.
Hombre casado,
hombre atractivo
En Estados Unidos, se llevó a cabo un experimento
similar al de Gran Bretaña. Enseñaron a un grupo de mujeres varias fotografías
de hombres y se les preguntó si les parecían atractivos. Después, se les
indicó que algunos de ellos eran casados y se les volvió a preguntar ¿cuáles
eran más atractivos? Las respuestas dieron un vuelco a favor de los hombres
casados presentes en cada imagen.
Esto permitió agregar al estudio información
adicional, ya que las mujeres encuestadas acotaban que los hombres casados son
más confiables, responsables y experimentados que los solteros. Estas
condiciones se relacionan en el imaginario popular femenino (porque no
necesariamente tienen que ver con la realidad) a conductas asociadas con la
fidelidad que puede proporcionar un hombre. Esto es lo que hace de un
rostro no tan agraciado, todo un galán, ya que a que las mujeres en su búsqueda
de la construcción de una relación ideal prefieren buscar hombres que las
acompañen a largo plazo. Se cree que, si el hombre es fiel, será buen
padre y esposo y se preocupará por ser un buen proveedor para el hogar.
Mujeres casadas, todo un deleite
Al darle vuelta al experimento y solicitarles a los hombres que expresaran sus opiniones respecto a lo que les atraía de las mujeres casadas, las respuestas viraron hacia el terreno sexual. Una mujer casada no representa mayor inconveniente para un hombre, ya que dado su estado civil tiene como mantenerse, por lo que cada encuentro se convertiría en un compartir sexual (no emocional). Al no haber compromisos reales establecidos, la mujer pasa a ser una atracción platónica digna de conquista y lucha contra “el rival” que no es otro que el esposo.
En resumen, las personas comprometidas, tienden a representar características internas que idealizamos en esa persona que anhelamos como la pareja para compartir nuestra vida. A pesar de todo esto, de dicho al hecho hay mucho trecho (reza un refrán), por lo que si alguien casado llega a gustarte no significa que vas a tener ninguna clase de relación íntima con esa persona, solo recuerda que estás evocando sus atributos en aras a tus propios deseos de una pareja integral.