Sentir
incomodidad, desesperanza, tristeza repentina, e inquietud, pueden ser
indicativos de un trastorno mental denominado “depresión”. Esta es la principal causa de discapacidad entre
personas mayores de 40 años de edad, sin embargo, actualmente es un fenómeno
que se está haciendo común entre adolescentes a partir de los 15 años.
Los signos iniciales de la depresión consisten
básicamente en dificultad para dormir y concentrarse mientras se intenta
desarrollar una tarea, desinterés en los pasatiempos cotidianos, pocos deseos
de socializar, mal humor, e inapetencia que conduce a la pérdida paulatina del
peso corporal.
Si alguna vez has experimentado este padecimiento,
sabes lo frustrante que es no poder comprender a ciencia cierta qué te sucede,
y mucho peor es no conseguir una rápida salida para estos problemas. Es por ello que te presento algunas alternativas muy
útiles, para que logres ejercitar tu cerebro y así combatir este mal de raíz.
1.- Proyéctate hacia
el futuro
Pensar en todas las posibilidades que brinda el
mañana, te hace imaginar la vida con más optimismo.
Los recuerdos que provienen de situaciones lamentables, pueden conducirnos a tener miedo e inseguridad ante el futuro. Así que es mejor romper las cadenas del pasado, y permitirse seguir hacia adelante. De esta manera descubrirás que vale la pena disfrutar de tu presente.
Los recuerdos que provienen de situaciones lamentables, pueden conducirnos a tener miedo e inseguridad ante el futuro. Así que es mejor romper las cadenas del pasado, y permitirse seguir hacia adelante. De esta manera descubrirás que vale la pena disfrutar de tu presente.
2.- Jamás te
compares
A veces (erróneamente) tenemos una perspectiva
distorsionada de nuestras vidas, y nos comparamos incesantemente con otros,
anhelando ser y vivir para complacerlos. Evita envidiar los bienes materiales o aspecto físico
de alguien más, y mucho menos pases la vida intentando agradar a todos.
Cada quien posee cualidades que lo hacen especial y
único, tan solo concéntrate en tus propias habilidades y destrezas, y tu vida
tomará un rumbo más saludable.
¡Tienes demasiado para darle al mundo! No pierdas
tiempo en suponer que los demás son mejores que tú.
Si piensas que el detonante para menospreciarte
constantemente es el bombardeo de información que recibes de las redes
sociales, entonces la mejor opción es eliminar tus cuentas. La vida es demasiado corta como para enfrascarse en
este tipo de actitudes ¿no lo crees?
3.- No reprimas tu voz interior
Algunas personas luchan a diario entre lo que quieren
decir, y lo que “deben decir”. Cuando esto sucede es más fácil caer en cuadros
depresivos porque el sujeto considera que si reprime lo que piensa no
lastimará a nadie, pero en el proceso, acaba dañándose a sí mismo.
Debes entrenarte para ser asertivo, puedes expresarte
sin herir la susceptibilidad de otros, y sin causarte cargos de conciencia por
pensar que no eres lo suficientemente auténtico u honesto contigo mismo.
4.- Que tus
errores jamás te definan
Todos nos equivocamos, no solo es normal, sino
necesario para controlar la egolatría, y para superarse a sí mismo como
persona. Pero cuando permites que un error te defina como
“incapaz” estás dejándoles las puertas abiertas a la depresión para que habite
en ti y te marque de por vida.
Si consideras que este es tu caso, debes identificar
cuál es el pensamiento negativo que persiste en ti, y erradicarlo por completo. No se trata de olvidar el evento que te marcó, pero sí
de mantenerlo a raya a través de la reprogramación positiva, y la exaltación de
tus mejores cualidades.
Una buena alternativa es la de repetir frases que te
alienten para ser cada día mejor. Así, cuando creas que la negatividad empieza
a asomarse, la podrás frenar. Ya lo sabes, para evitar deprimirte siempre contarás
con pensamientos que provienen de ti, y que te harán sentir pleno, útil, y
necesario en la vida de otras personas.
La mayoría de las veces, la cura para este mal
consiste en salir de la rutina y divertirse, pero si consideras que tu mundo se
te viene encima, es recomendable hablar con amigos, tus padres, o acudir a un
psicólogo, quien te ayudará a través de diferentes técnicas. ¡En Mi Psicólogo Barakaldo encontrarás la solución!
Si esta información te resultó útil, por favor
compártela en tus redes sociales.