Definir la “creatividad”
es sumamente difícil. Cada persona posee una noción propia basado en ciertas
condiciones, atributos y características que más o menos explican esta
condición humana que nos hace únicos, y que permite transformar, innovar,
soñar, crear, y explorar nuevas opciones.
Nuestros
antepasados al ver que no contaban con herramientas con las cuales llevar a
cabo sus tareas, empezaron a ingeniárselas construyendo utensilios y
desarrollando artes como la música y la literatura con las que alimentaban sus
espíritus. La creatividad, es por ende una forma de expresión, que nace de la
imaginación. Pero, ¿de qué manera puede contribuir en la obtención de tus
metas?
Ser creativo no
está asociado con la inteligencia, es decir, puede que una persona con
potencial para aprender contenidos, idiomas, fórmulas matemáticas o con
habilidades para tocar un instrumento musical, no sea muy imaginativo y por ende
tampoco creativo.
No consiste en ser idealista
Como su nombre
lo indica, la palabra creatividad proviene de “crear”, es decir, hacer a partir
de lo ya existente o mejorando aquello con lo que se cuenta. Se trata de una
habilidad que puede desarrollarse o no, según la determinación de cada sujeto. Lo
fascinante de la creatividad es que permite organizar ideas, replantear la
propia existencia y encontrar nuevas alternativas donde otros no las perciben.
Una persona con
buena imaginación no necesariamente es creativa. Imaginar es sinónimo de
idealizar y soñar. Aunque la creatividad
parte de esta base “imaginar”, su fin último es la “materialización”, solo así
puede determinarse que alguien es realmente creativo.
Para ser
creativo se hace imprescindible conocer una labor, porque esta te servirá para
poner en acción un plan que genere lo que buscabas.
La creatividad de la mano del éxito
Solo cuando
aprendes a “ejecutar”, es cuando las metas que iniciaron siendo un minúsculo
pensamiento empiezan a tomar forma para llevarte al éxito anhelado. ¡El éxito,
es la aventura de lo vivido y lo aprendido!
A lo largo de la
vida nos planteamos metas, y muchas de ellas se alcanzan sin haberlas
planificado o decidido de forma consciente. Lamentablemente, buena parte de
éstas también se pierden por completo.
Sin embargo, lo
que quiero plantearte es que el éxito se puede conseguir en menos tiempo cuando
la persona lo observa desde la innovación, y no desde las creencias limitantes.
Por ello, es necesario “abrir la mente” para poder estar atento a las
oportunidades. Seguro que lleva
algo de tiempo que las cosas comiencen a cambiar, pero vale la pena el esfuerzo
invertido. En ocasiones tu mente lógica te dirá que no eres lo suficientemente
bueno, pero es cuando debe resurgir el pensamiento lateral o “creatividad” con
nuevas alternativas.
¿Cómo ser más creativo?
Las siguientes
son opciones sencillas que deberías empezar a aplicar en tu vida:
1.- Alimenta tu
imaginación a diario con preguntas. Por muy sin sentido que te parezcan,
generarán un accionar en tu cerebro que te impulsarán a conseguir respuestas
(crear).
2.- Cumple con
tus propósitos diarios porque cuando te fijas una meta y la abandonas, tu
cerebro se habitúa a ello.
3.- Enfoca tus
energías descubriendo lo que te apasiona ¡y hazlo!
4.- No te
descalifiques. Cada quien posee habilidades diferentes que podrían ayudarte a
alcanzar lo que sueñas. Así que, si no posees una habilidad, pero tienes un
objetivo bien definido, puedes valerte de las habilidades de otros en esa área.
5.- Distráete. Es
contraproducente durar más de 45 minutos en una misma actividad porque el
cerebro se embota.
Ya verás que
poco a poco reconocerás que nada es inalcanzable, y que todo sueño puede materializarse
si así te lo propones.