¡SIEMPRE SONRÍE!

Es una de las más simples y puras expresiones que puede llegar a demostrar el ser humano. La sonrisa está asociada directamente a la felicidad. De hecho, cuanta mayor facilidad tengas para sonreír, con mayor propiedad podrás afirmar que más auténtico y feliz eres.


La magia tras la sonrisa
Sin lugar a dudas, el poder que ejercen las sonrisas es tan complejo, que en algunos experimentos sociales se ha demostrado que si una persona sonríe frente a otra (incluso sin un motivo específico) esta le devolverá el gesto como un comportamiento casi reflejo (tal como ocurre con el efecto del bostezo).
Además, es bien sabido que se le puede cambiar el día a otro, y demostrarle apoyo, aceptación, amor o empatía, sin emplear para ello ninguna palabra, solo a través de este simple recurso en el que el rostro cambia su expresión para volverse más afable. Así que de ahora en adelante, ¡practica el arte de sonreír con más frecuencia!
No te acomplejes si tu sonrisa no es la más atractiva, ya que esta solo depende de con cuanta naturalidad lo hagas.
Tiene efectos antidepresivos
Puede sacar de una pena o alguna dificultad a quien esté atravesando un mal momento, o por lo menos puede ayudarle a superar el problema de una mejor manera.
Se recomienda realizar actividades que te puedan generar muchas sonrisas, para ello lo ideal es hacer aquello que te gusta. Una buena opción es compartir agradables momentos en familia o con la pareja, sobre todo si estas personas son risueñas.
Si te mantienes con buena actitud la mayor parte del tiempo, y demuestras que eres una persona alegre, podrás trasmitir con mayor facilidad a otros que además eres agradable y divertido. Y como beneficio adicional serás percibido como más accesible, e incluso más atractivo y saludable.
Reír, o al menos sonreír se convierte en una sensación muy agradable tanto para quien lo experimenta como para quienes observan. Es necesario poder comprender, que no todos sonreímos por las mismas razones, así que no te frustres ni te sientas mal cuando no logres que otra persona sonría contigo o le agraden tus bromas.
También debes tener en cuenta, que hay momentos en los cuales sonreír no se te hará tan fácil, sobre todo si estás pasando por un duelo, ruptura sentimental, o algún momento de rabia o depresión. En estos momentos es cuando más presente debes tener el poder de tus propias expresiones faciales para vivir, afrontar y superar lo que te causa malestar.


Recuerda lo que dice el refrán popular: “después de la tormenta, siempre llega la calma”. Una buena terapia de risa seguro te ayudará con eso.
Por otro lado, debes aprender a tener la habilidad y el tacto necesario para saber cuándo es buen momento sonreír, y cuando no. Puesto que si lo haces indebidamente, puedes llegar a  ser mal visto e incluso un tanto ofensivo para la otra persona. Está fuera de lugar sonreír, y mucho menos llegar a reír a todo pulmón si observas que alguien se cae por accidente, o justo en medio de un velatorio.
Pero salvo estas circunstancias, es necesario que bajo ningún concepto te dejes contagiar por la mala actitud de los demás. Cada quien arrastra sobre sus hombros frustraciones y amarguras en mayor o menor medida. Tu respuesta ante esto siempre debe de ser mostrar la mejor sonrisa que poseas.
Algunos consideran que este gesto es un regalo de esos que no cuestan nada, pero pueden llegar a valer mucho más de lo que nos imaginamos.
¡Regala una sonrisa a todos los que te rodean! Tal vez marques una gran diferencia en sus vidas.
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