Las dudas sobre
ti mismo a veces te otorgarán beneficios personales. Por paradójico que parezca
cuando no confías por completo en aquello que sabes o que haces, puedes ser
metódico y precavido, y esto te impulsará a trabajar con más ahínco, indagando
cuáles son tus puntos débiles y cómo puedes mejorarlos.
Por otro lado,
las inseguridades también te ayudan a estar más abierto a las ideas de otros,
para así analizar en profundidad los cambios que puedes llevar a cabo y las
opiniones que sin lugar a dudas debes desechar.
Comprende que
hasta las personas expertas en un tema dudan de sí mismos, solo que esta
energía la toman como una especie de combustible para conseguir avanzar con
paso firme hacía un objetivo planteado.
La importancia
de las dudas sobre sí mismo es que, a pesar de ser muy desagradables de
experimentar, evitan que lleguemos a cometer errores. Por lo tanto, las dudas
son emociones útiles que algunas personas experimentan más que otras.
-¿Cuál es la contrariedad sobre las dudas?
La duda en sí
misma no es el problema, pero cuando no se puede dominar las consecuencias que
proceden de ella como el terror, la sensación de ahogo, depresión o
desconfianza a interactuar con otros, es cuando se habla de patrones de
comportamiento problemáticos.
Si consigues
evitar estos inconvenientes, lograrás erradicar los impactos negativos que te
hacen sentir incertidumbre.
-Los rasgos de auto sabotaje por medio de las dudas
A continuación,
te presentamos cinco patrones de comportamiento negativo de las personas que
dudan de sí mismas:
1.- La gente insegura no comparte sus ideas
El miedo a ser
criticados o incluso timados por otros, les impide demostrar sus habilidades
porque desconfían de la importancia de sus propias ideas.
Preferirá
dejarse llevar por lo que diga el líder del grupo, en lugar de intervenir con
opiniones que redirijan la atención de todos sobre sí mismo.
2.- No saben preguntar sobre sus inquietudes
Tienden a darle
tantas vueltas a un problema, que acaban enredándose en el mismo sin conseguir
soluciones y les cuesta expresar preguntas claras para obtener respuestas que
solucionen sus inquietudes.
¡Pregunta
directamente, así ahorrará tiempo y dolores de cabeza innecesarios!
3.- Dudan de lo que los demás les dicen
Como poner en
tela de juicio sus propias ideas. También creen que los demás desconfían de sus
capacidades, así que preguntarán una y otra vez.
A pesar que la
otra persona sea un experto en el área, el “temeroso” no confiará en las
instrucciones recibidas porque sospechan que pueden fracasar.
4.- Piensan por otros
Piensan que, si
ofrecen una disyuntiva distinta en una conversación, las demás personas se
molestarán y lo segregarán debido a su actitud de sabelotodo. Por lo que
prefieren pasar su vida en el anonimato.
5.- No superan sus errores del pasado
No superan los
errores del pasado y, por ende, no consiguen avanzar tomando solo el
aprendizaje y dejando de lado el error. El temor a fracasar nuevamente, les
hace perder grandes y valiosas oportunidades en sus vidas.
Supe de un caso
en el que el sujeto sufrió una enfermedad que afortunadamente consiguió superar
con mucho esfuerzo, después de esto, en lugar de ahorrar su dinero para vivir
armónicamente, prefirió guardar todo el capital en caso “de volver a enfermar”.
Vivió con limitaciones, murió de un infarto a los 83 años de edad, no disfrutó
de su vida por miedo a indisponerse y a la final sus ahorros fueron disfrutados
por sus hijos. Vale decir que desde los 40 años no volvió a enfermar, por lo
que perdió la mitad de su existencia aterrorizado con la idea de algo que jamás
reapareció.
En conclusión, las
dudas forman parte de la esencia humana. Aparecerán como un mecanismo que nos
ayuda a prevenir problemas y a la vez actúa como un detonante que activa nuevas
y mejores ideas.