Detrás de una
ruptura surgen las autocríticas y en medio del duelo que se experimenta (porque
la mayoría de las veces no se consigue entablar un trato amable con quien fue
la pareja), se analiza cada una de las cosas que tal vez pudieron hacerse
diferente para haber evitado llegar al punto actual.
La
autorreflexión puede ser útil porque en ocasiones cometemos errores que nos
conducen a ser inflexibles en la manera de pensar o actuar y por ello terminan
nuestras relaciones.
Pero, por otro
lado, culparse por absolutamente todo, retrasa nuestro crecimiento personal y
la posibilidad de avanzar hacia una relación más plena.
En este artículo
conocerás cuáles son las cuatro cosas por las que no deberías culparte después
de una ruptura:
1.- No sentirse muy atractivo
Si crees que tu
pareja se alejó de tu lado porque no estás a la altura de sus estándares de
belleza, entonces necesitas conseguir ayuda de un profesional, porque esto
significa que tu autoestima es baja.
Esta podría ser
una de las razones por las que cada día menos personas se aceptan tal y como
son y recurren a cirugías estéticas, para poder aceptar la imagen de sí mismos.
Comprende que,
si una persona está a tu lado, es porque te acepta tal y como eres; y de igual
forma cuando alguien se aleja, puede haber muchas razones que propiciaron la
ruptura y que nada tienen que ver con tu apariencia física.
En última
instancia, si alguien te abandona por esta causa, ¡esa persona no te merece! Y
te está haciendo un favor al salir de tu vida.
2.- Creer que mereces un trato deficiente
Una de las
maneras de manipular emocionalmente, es recriminarle a la ex pareja los malos
recuerdos de las vivencias de la relación, para hacerle sentir culpable y que
pierda la confianza en sí mism@.
No caigas en
esta clase de chantajes, cuando una relación termina la responsabilidad siempre
es de ambos.
3.- No avanzar al ritmo del otro
Las relaciones a
veces fracasan porque uno de los dos no avanza a la misma velocidad que el
otro. O dicho de otra forma, los temores personales hacen al otr@ prorrogar el
compromiso, nacimiento de los hijos, viajes o mudanzas, mientras que el otr@
considera que es el momento propicio para dar estos pasos. En estos casos es
preferible ser honesto con el compañero, en lugar de silenciarse para intentar
salvar la relación.
Las depresiones e
insatisfacciones personales, justamente provienen de tratar de complacer al
otro para no perderl@ a pesar que en el intento se pierda la propia felicidad.
4.- Intentar demasiado
Si no fuiste tú,
sino tu pareja quien deseo dar fin a la relación, no es necesario insistir en
buscar respuestas.
Tal vez estaba
deseando iniciar un noviazgo con alguien más o se trató de alguien interesado
en obtener algo de ti y una vez lo consiguió comprendió que no tenía sentido
permanecer en una mentira.
Por lo tanto ¡no
intentes demasiado! Ya que si tu ex pareja no hizo nada por su parte, por más
que te duela, es mejor progresar con dignidad.
En Conclusión
Estamos seguros
que te importaba tu pareja, pero ¡la vida continúa!
Procura tomar lo
mejor de la relación, evitando los rencores y actitudes que te sumergen en
emociones sin sentido, como la frustración y las dudas.
Las experiencias
más dolorosas son las que nos fortalecen como seres humanos y nos ayudan a
aprender más sobre nosotros y a valorarnos.