Nada es más importante para los padres que ofrecerles a sus hijos
herramientas y experiencias que les permitan desarrollarse felizmente.
Desde el mismo momento de la procreación, los padres procuran ciertas
condiciones para que los niños sean “perfectos”, pero nada puede garantizar que
todo sea de color de rosa, ¡la vida es un continuo de vivencias gratas y no tan
gratas!
Ahora bien, si no podemos controlar los agentes externos, es importante
reflexionar sobre algunos consejos que nos permitan orientar la crianza de los
más pequeños de la casa.
1.- Ser comunicativos
Toda acción humana parte de la comunicación, y si no fortalecemos la
relación mediante el diálogo, difícilmente los niños se sentirán parte de la
sociedad, y con ello no tendrán la capacidad de desarrollar valores humanos.
2.- El “sí” desvergonzado, o el “no” oportuno
¿Cuántas veces estamos tentados a decirle “¡sí!” a todo lo que desean
nuestros hijos?
Realmente no los lastimamos al negarnos de vez en cuando, al contrario,
podemos generar en ellos procesos muy positivos tales como la resiliencia
(capacidad de adaptarse conscientemente a situaciones adversas), la paciencia,
o la existencia de límites en nuestra sociedad.
3.- La gratitud ¡el mejor regalo!
Así como deben de aprender a saludar, pedir permiso o exponer sus gustos
y necesidades, ellos deben incorporar a su diccionario particular la palabra
“¡Gracias!”. Pero más allá de la palabra, lo importante es la acción del
agradecimiento, ya que ayuda a que ellos sean conscientes de que no están solos
en el mundo y que deben compartir con los demás.
4.- Comprensión: ponerse en los zapatos de los demás
Cuando nos ponemos en los zapatos del otro tomamos consciencia de no
estar solos, por ende, dejamos de percibir la vida desde una sola óptica. Comprender
a los demás nos permite deslastrarlos de ideas egocentristas, sin
necesariamente anular su identidad.
5.- Asumir responsabilidades de sus conductas
Dependiendo de su edad y consciencia de la vida, los hijos deben
aprender que las acciones (buenas o malas) tienen sus consecuencias, o bien
pueden sentir gratificación o completa aflicción. Sin embargo, uno debe asumir
la responsabilidad de sus actos y de sus decisiones.
6.- Ser padres ejemplares
¡Nada mejor que enseñarles con el ejemplo! Si les contamos historias de
nuestros errores y cómo otro comportamiento hubiese sido más constructivo,
ellos además de sentirnos como sus amigos, podrán discernir lo bueno y lo malo.
7.- Enseñarles a valorar lo realmente importante
El tiempo, el trabajo, la honestidad, el esfuerzo, las relaciones
afectivas e interpersonales y la vida en general deben de ser valoradas sobre
lo material y todas aquellas cosas que desvían nuestra atención de lo
verdaderamente importante.
8.- Expresar los sentimientos
Si quiere reír o llorar que lo haga, si está enfado, con miedo o
frustrado ¡que lo manifieste! Además, ha de afrontarlo para que pueda
superarlo. De esta manera su hij@ se auto percibirá como un ser humano
sensible, respetuoso y empático con los demás.
9.- Ser solidario
Ayudar a los demás, dar sin esperar a cambio, compartir, incluir en vez
de excluir, le permitirá relacionarse en armonía consigo mismo y con los otros.
En conclusión
La vida es una aventura con experiencias agradables y otras
decepcionantes, si la vivimos desde la conciencia, buscaremos ser felices y no
perfectos, ya que la perfección es una cualidad subjetiva.