Cuando aprendes a dormir bien, le permites a tu organismo
renovarse, dándole a tus sentidos la posibilidad de mantenerse enfocados.
Acción fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo.
Además, otros beneficios consisten en que te permite
prevenir enfermedades, en especial las que están relacionadas con el sistema
nervioso, como el Alzheimer, el estrés, la ansiedad, y también evitas los
riesgos de sufrir infartos, agotamiento, y contribuye a mejorar la secreción de
muchas hormonas como la serotonina, que genera tranquilidad y felicidad.
Lo que tal vez desconozcas, es que para que dicha actividad sea “reconstituyente”, es obligatorio que tomes en cuenta todo aquello que realizas durante el día, porque, aunque no lo creas, incidirá directamente en tu descanso nocturno. O explicándolo de otra manera, “adormecerse” es solo una función orgánica, mientras que “descansar” va mucho más allá.
Esta condición viene establecida por las cosas que
hacemos desde el momento en el que nos despertamos, hasta el instante en el que
decidimos nuevamente acostarnos.
A continuación, te presento algunos hábitos que pueden
serte útiles para disfrutar de una mejor calidad en tu sueño. Por ejemplo:
- Uno de los consejos que oímos a menudo es que debemos
descansar al menos 8 horas diarias continuas, ¡esta es una de las mejores
maneras de reponer energía!
- Si te es posible toma leves siestas durante el día,
en las que te recuestes al menos 20 minutos.
- Procura irte a la cama solo cuando tus ojos empiecen
a pesarte.
- Puedes practicar actividades que te relajen, como
escuchar música a un tono moderado, practicar yoga, meditar, o incluso orar,
estas pueden ayudarte a dormir mejor.
- Evita pasar por situaciones que te generen estrés
antes de acostarte.
- En lo posible no realices actividades como ver la
televisión, comer o estudiar en el dormitorio. Pero si es un hábito que ya has
adquirido, entonces evita las lecturas y programas de miedo, así como las
noticias que pueden generar fuertes impresiones, porque está demostrado que
inciden en las pesadillas nocturnas.
- No realices actividades físicas por la noche.
- Consume alimentos ligeros, ya que la mala digestión
puede perturbar tu descanso.
- Es recomendable ir al baño antes de acostarse. No
querrás pasar la noche levantándote para realizar necesidades fisiológicas.
- No te acuestes con hambre o con sed, puesto que tu
mente se mantendrá ocupada en buscar como saciarlas.
- Mantén un ambiente agradable en tu habitación, así
disminuyes la ansiedad. Esto se consigue limpiando y ventilando tu alcoba,
además de perfumarla con las fragancias que sean de tu agrado.
Los hábitos para obtener un sueño reparador dependen únicamente de ti. Así que bien sea por una cuestión de actitud, salud, o belleza, merece la pena aprender a educar nuestro organismo para que nada lo desvele.