INTUICIÓN. ESCUCHA LA VOZ INTERIOR

A menudo tomamos decisiones al nivel del intelecto y solo más tarde nos damos cuenta de que nuestro sexto sentido era correcto

Aprendemos muy temprano a confiar en nuestras mentes y tomar decisiones con ellos. Eso no es malo en sí mismo. Sin embargo, con los años, nos estamos volviendo cada vez más cerrados para incluir tanto nuestra mente como nuestra intuición. Esto no significa emociones que provienen de malas experiencias, sino nuestros sentimientos. Esa sensación, que se vuelve ruidosa cuando encontramos algo extraño en una situación o persona. La mente toma decisiones racionales, la intuición no analiza, siente.

Expresión del sexto sentido



Sensaciones corporales

Hablas con una persona que aún no conoces. De lo que habla tu oponente suena bien, pero tu cuerpo te está enviando señales. Estas sensaciones pueden ocurrir en diferentes regiones, pero generalmente son opresivas. Su intuición se expresa como una advertencia sobre su cuerpo.

Cuadros interiores

Seguramente conoces momentos en los que te toman por sorpresa. Por el momento y en presencia de la otra persona, de alguna manera se siente bien. Pero una vez que está solo, recordándose a sí mismo y dejando de lado los argumentos de su interlocutor, emerge la voz interior. También puede mostrarse en forma de imágenes internas claras. Por ejemplo, como su propia idea de cómo sería la situación si fuera correcta.

Agitación emocional

No es raro que tengamos un mal presentimiento sobre algo. Entonces, sin embargo, otras personas nos convencen de que nuestras preocupaciones son infundadas. Nos dejamos convencer, pero no nos sentimos bien al respecto. Sin embargo, cuanto más nos entregamos a una cosa, más agitado se vuelve. La agitación emocional es a menudo una señal inequívoca de que hemos decidido en contra de nuestra intuición.




Escucha la voz interior

Entonces, la próxima vez que tome una decisión importante, incluya la intuición además de su mente. Cualquiera que siempre deje su instinto a menudo terminará en situaciones de las que tarde o temprano se arrepiente. Además, con el tiempo te olvidas de trabajar con tu sexto sentido. Él está aquí para ayudarlo y quiere que lo noten. La mente y la intuición son una buena combinación que se puede aprovechar.

Fortaleciendo la intuición

Tu voz interior te hace feliz, si tienes cuidado. Esto significa cuando no estás estresado o estresado. Entonces, una vez que tome una decisión importante, incluya su sexto sentido:

1.- Detente y escucha lo que surge de inmediato

2.- Escriba qué imágenes, pensamientos o sentimientos surgen

3.- Entra en la atención plena y aléjate de la calificación

4.- Escribe lo que tu mente tiene que decir. Esto deja espacio para objeciones intuitivas

5.- Tome nota de cuándo su intuición era correcta. Esto fortalece tu confianza en ellos

Nuestra voz interior es un regalo importante que nos da desde el nacimiento. Nuestra mente tiene su justificación y tiene sentido. Sin embargo, la intuición ya ha salvado a muchas personas de la decisión equivocada, o las ha guiado en la dirección correcta. ¡La mente marca el ritmo, la intuición la dirección! En este sentido: que tengas un buen viaje.

LA CULPA Y EL AMOR

Tal vez frases como está te parecen familiares: “La culpa de lo que sucedió con mi novia fue mía”, “ella se buscó otro hombre porque no fui suficiente, “debo cambiar para gustarle, y que no me deje”. Estas nos hablan del temor natural al abandono en una relación afectiva.

¿Pero qué sucede cuando más allá de la aceptación está en juego nuestra autoestima? Es momento de “analizar” el nexo.

Cuando iniciamos un vínculo afectivo, muchos elementos pueden ser detonantes de la culpa, y será el tiempo quién nos dirá si hay futuro en las emociones incipientes, o si debemos hacer caso a nuestros instintos.

En este tiempo nos ilusionaremos, desilusionaremos, discutiremos, habrá reconciliación, ¡es natural! Son dos personas (que aún con afinidades) establecen el compromiso de compartir su “ser” complejo y en constante construcción.

¡No hay garantías! Solo procurar ser honesto y poner en práctica dos palabras claves: confianza y comprensión.




Los invitados esenciales

Ahondemos en lo que representa la confianza y la comprensión, ambas vienen aderezadas con la claridad de qué tipo de relación nos importa, y la existencia de un compromiso para avanzar.

La dificultad de llevar adelante noviazgos basados en estos elementos, radica en nuestra cultura ligada al miedo, el dolor y la angustia. Por ende nos predisponemos y pretendemos tener el control de todas las situaciones.    

                                                                                                                                                                           

                                                                                                                                                                                

De esta manera, olvidamos que la relación afectiva es un encuentro amoroso, donde desinteresadamente, el amor (y sus anexos) fluyen generando la armonía deseada. O lo que es igual desde la reciprocidad.

Por ende, la calidad de amor que yo mismo me inspiro es un elemento importante.

En ese huracán de sentimientos y emociones, creamos barreras para la felicidad… Sí, la felicidad, comprendida desde el interior, hacia afuera (el estado anímico que no depende del otro, sino de mí mismo, de mi conciencia de éste aquí y ahora).

Igual pasa con la culpa, asignamos responsabilidades a los demás, o nos autocastigamos, comparamos, y en ocasiones, nos entregamos en brazos del orgullo como medida de protección.

Nuestras extremas predisposiciones, expectativas, y hasta exigencias se desmoronan, y entre ellas una muy común es: cambiar nosotros (a partir de la percepción del otro), o pretender que la otra persona cambie.

¡Ningún ser humano cambia a otro o por otro! Pero sí evolucionamos, y ello requiere conciencia y compromiso. Primero con cada uno, y luego con los demás.

En este sentido, el equilibrio nos ayudará a ir sopesando y hallando puntos medios en los cuales cada cual se sienta participante armónico. 

En conclusión

Las relaciones requieren firmeza para asumir el valor de compartir con otro ser, y a la vez flexibilidad para acoplarse al otro mientras te aceptas tal cuál eres.

Sólo desde el autoconocimiento, respeto, valor y la confianza hacia ti mismo, podrás estar con alguien más.

Ahora, si sientes que en ese compartir hay elementos que generan dudas o desequilibrio, desde la comprensión permítete errar sin culpa, y ponte en el lugar del otro.

El diálogo franco podría solucionar muchas cosas. Recuerda: ¡Todo parte de ti, y vuelve a ti! Y el amor no es la excepción.

¿ESTAMOS DESTINADOS A ESTAR JUNTOS?

Establecer un vínculo sentimental es un gran salto a la incertidumbre (nadie está seguro, siquiera de sus propios sentimientos).

En ese sentido, la típica frase “el tiempo lo dirá todo” parece ser un aliciente que nos mantiene prendados a la posibilidad de una unión perdurable y gratificante.

Y aunque existen diferentes teorías: “Hay que besar muchos sapos para hallar al indicado”, “todos tenemos un único amor”, “somos almas gemelas”, “vivimos una relación karmática”… A todas las atraviesa una idea central: el valor de lo compartido garantizará la satisfacción de la experiencia.




Todo lo vivido es valioso y significativo

Cada relación amorosa se convierte en trascendental, ya que ofrece hábitos particulares, e ineludibles para la evolución.

Por lo que valorarla y reconocerla en su totalidad, es un paso relevante en la integralidad de nuestro ser.

Sentimientos genuinos

Si tenemos el interés de compartir con alguien, debe ser con sinceridad, apertura, y voluntad en la calidad de lo que estamos entregando de nosotros mismos.

Al fin y al cabo, es una aventura que resultará gratificante o no, dependiendo de la fuerza que le imprimamos a nuestras emociones, deseos, y aspiraciones para con el otro.

Respeto mutuo

Al iniciar una relación, idealizamos todo con base al binomio que estamos estableciendo. Y esto acarrea algunos puntos a considerar.

“Sólo lo que brilla en el interior, se refleja en el exterior”, por ello comenzar con el amor propio nos ayudará a amar al otro ser. De allí parte el respeto, al valorar a la pareja tanto como lo hago conmigo mism@.




Dialogar sobre las coincidencias y diferencias

Creemos que esa persona especial debe coincidir con nuestras formas de percibir el mundo y la vida, ¡y generalmente, esto no es así!

El gran reto es convenir en ciertos aspectos, y tener la sensibilidad de aceptar y comprender las diferencias.

En este particular, la comunicación es determinante, ya que con ella se dimensiona la vivencia en pareja: ni obligar al cambio, ni ejercer control, sino evolucionar juntos sin perder la propia individualidad.

Ser amigos, amantes, y compañeros

Inicialmente, una relación de pareja, surge luego de una amistad que poco a poco se torna más cercana y afectiva, sin perder de vista el aporte de la atracción física y sexual.

Todo se articula en una deliciosa mezcla: ser amigos, cómplices, amantes creativos y compañeros en la consolidación de sueños o proyectos en común.

Estos son los pilares fundamentales que les darán el soporte necesario antes las dudas, expectativas, y dificultades, que no dejarán de surgir para colocar en prueba la fortaleza de la convivencia.

En conclusión

¡Nada es perfecto, constante ni definitivo! Ya que somos seres en construcción, que nos juntamos por diversas razones, y nos sentimos motivados a ello.

Habrá un poco de predisposición emocional, intereses en común, o tal vez le podemos atribuir un poco de “magia” a la manera en que nos conocimos, y a que todo haya fluido armónicamente, pero cada experiencia estará condicionada a nuestra toma de decisiones, y a la voluntad de propiciar los pasos en esa evolución amorosa.

La vida tiene mucho de milagroso y misterioso, pero también amerita de nuestra cuota de determinación y tomar de acciones. Al saber conjugar estos elementos conseguirás amor, satisfacción y armonía.

MEJORAR LA RELACIÓN MADRE-HIJ@

Uno de los lazos más fuertes que existen es la relación madre-hij@. Es una relación especial, pero, eso no hace que sea precisamente una relación fácil. En ella, cada día, pueden encontrarse altibajos de distinta índole. En la infancia dependemos de nuestras madres para la alimentación, desarrollo social, emocional y psicológico, lo que hace que el vínculo sea estrecho y cargado de afectividad.

Sin embargo, a medida que crecemos nuestra dependencia es menor y ya no vemos a nuestra madre como la única amiga, súper poderosa y 100% confiable, además inicia el deseo de autonomía. Sin embargo, en cada etapa de la vida es indispensable tener una buena relación, ya que eso mejora tu nivel de alegría y optimismo.




Consejos Para Mejorar la Relación Madre-Hij@

Encuentra Intereses Comunes

Las diferencias van a existir siempre. Lo importante aquí, es encontrar esos detalles en los que coinciden y explotar al máximo las posibilidades para compartir. Viajes, ir al cine, tomar un café, pedir consejos de pareja, etc.

Mejorar la relación madre e hijo a veces es tan sencillo cuando nos dejamos de quejar por las disyuntivas y conflictos y comenzamos a trabajar en lo bonito y que nos hace parecid@s a nuestras madres.

Dedícale Tiempo

El tiempo es lo más precioso que tienes para darle. Recuerda que hoy la tienes y mañana quién sabe. Las madres siempre saben apreciar que busques pasar tiempo con ellas por pequeño que sea. Y aun cuando te encuentres lejos, una llamada de vez en cuando o una visita espontánea le alegrarán el día, mejorando así su relación.

Otra cosa que puedes hacer, estando cerca o lejos, es regalarle algo o acompañarla al médico o a cualquier recado. En fin, hazla sentir que es parte de tu vida. Con esto la haces sentir querida y puedes aprender mucho de ella, sus experiencias y conocer detalles que quizás a futuro te sirvan. Estos consejos también se pueden aplicar para las abuelas y abuelos.




Ámala y Respétala

Nadie es perfecto en este mundo. Sin embargo, las madres lo son a su manera. Puede que no todo lo que viviste con ella sea grato o sientas que estuvo bien, pero ella realmente se estaba esforzando por hacerlo bien por el amor inmenso que te tiene. No la juzgues.

De ellas no solo recibimos educación, también valores, paciencia, honestidad y sobre todo amor. Mucho de ella queda arraigado en nosotros. Y hay momentos en los que damos por sentado que saben que las amamos, pero al igual que nosotros, pueden sentir que no es así. Por ello, recuérdale siempre cuanto la amas.

Escucha Sus Consejos

Puede que suene un poco rollo, pero lo único que ellas buscan es tu seguridad y felicidad. No desesperes ante un consejo que te parece injusto. Primero tómate un tiempo para pensar y buscar alternativas. Desobedecer puede llevarte por un mal camino.

Sé Recíproco

En cada paso que damos ellas nos demuestran paciencia, aceptación, gentileza y respeto. Siempre que nosotros hemos pasado por una mala situación ellas han estado ahí para apoyarnos y nos enseñaron la mayor parte de lo que sabemos. Si cometíamos un error nos perdonaban y nos ayudaban a resolver el problema.

Cuando uno llega a la adolescencia es cuando se hace más complicado entenderlas, pero debemos entender que ellas también tienen que lidiar con su entorno y es un ser humano que se cansa y desgasta. Por eso, trata de comprender sus errores, sus “cosas de vieja” y comprende que va a llegar un momento en que así como tú dependiste de ella, ahora es ella quien dependerá de ti. Apóyala como ella lo hizo.




Existen Límites

Las madres pueden entender casi todo lo que nos pasa. Pero hay veces que los acuerdos tácitos no existen realmente. Toda relación se basa en la comunicación y cuanto más adulto seas, esta comunicación será cada vez más franca y razonable. Establecer límites y demandas que permitan la convivencia armoniosa es fundamental. Atención, a veces negociar con las madres es un acto de prodigios.

La sobreprotección es uno de los puntos recurrentes en los conflictos madre e hij@. Puede darse en ambos sentidos. No importa quién sea el sobreprotector, la clave es conseguir un punto medio en el que amb@s se sientan cómod@s para estar tranquil@s y decidir sobre sus vidas en cada etapa.

SÍNDROME DEL IMPOSTOR: ¿ERES REALMENTE EXITOSO O TODO ES CASUALIDAD?

¿Alguna vez has escuchado hablar del Síndrome del Impostor? Quizás no con esa denominación, pero estamos seguros de que una vez te expliquemos en qué consiste, te darás cuenta de que es más común de lo que muchos creen.

En este sentido, comenzaremos explicándote que el Síndrome del Impostor es considerado como un trastorno de índole psicológico en el que las personas tienden a desmerecer sus logros, incapaces de aceptar que gracias a su esfuerzo y dedicación han alcanzado grandes metas.

¿Sabías que muchas de las personas más exitosas de nuestro tiempo lo padecen? Actrices y actores que han ganado múltiples premios de reconocimiento por sus actuaciones creen que ha sido por simple y pura suerte. Personas que han logrado alcanzar puestos de trabajo envidiables, en el tope de las más grandes corporaciones reconocidas a nivel mundial, se siguen viendo a sí mismas como impostores, no reconocen que todo lo que han alcanzado ha sido por su gran preparación y excelente desempeño.




Este es un tema bastante interesante porque uno siempre piensa que las personas exitosas son realmente felices. Nunca podríamos pensar que alguien que ha ganado un premio Nobel o un Oscar se sienta poco merecedor de tales honores. Pero indudablemente ocurre así en algunos casos.

A estas alturas seguro que te estás preguntando ¿de dónde surge este trastorno? Pues bien, los especialistas coinciden en afirmar que su origen se encuentra en la autoexigencia de quienes lo padecen. Estas personas son perfeccionistas en exceso, por lo que constantemente se exigen demasiado a sí mismas. En este sentido, las víctimas de este síndrome nunca están conformes con los resultados que obtienen, siempre creen que han podido hacer más e inevitablemente se sienten como un fraude.

Ahora bien, las personas con el Síndrome del Impostor manifiestan los siguientes síntomas:

-No tienen confianza en sí mismos. Desconfían de sus aptitudes y capacidades para llevar a cabo alguna actividad.

-Aunque aparentan ser personas seguras, la realidad es que son profundamente inseguras, lo cual les afecta en el área laboral, educativa e incluso en el área social.

-Sienten un temor constante al fracaso. Creen que en cualquier momento van a fallar en alguna actividad y por consiguiente se van a enfrentar al fracaso.

-Creen que sus logros y alcances son producto del azar o la suerte, no de su preparación y capacidades.




¿Cómo superar el Síndrome del Impostor?

Cuando una persona padece de este síndrome, el primer paso para superarlo es reconocer que está afectado por él. Así mismo, puedes seguir algunos consejos como los que te comentamos a continuación:

Combatir los pensamientos negativos

Puesto que este síndrome reside en los pensamientos negativos de quien lo padece, lo primordial que se debe hacer es luchar contra esos pensamientos. Una de las cosas que se puede hacer es plasmar esos sentimientos en papel. El verlos escrito permite observarlos desde otra perspectiva.

Enlistar los aspectos positivos de uno mismo

Esta es una forma de potenciar la autoestima. Hacer una lista de los aspectos positivos de la personalidad que le han permitido alcanzar metas y logros le proporciona a la persona las razones por las cuales ha sido exitosa en las ocasiones en las que lo ha sido. De esta manera, se estará recordando a sí mismo que sus éxitos no son producto de la casualidad.

Como puedes ver, el Síndrome del Impostor existe y es bastante común. Es posible que en algún momento de nuestras vidas nos sintamos así, como impostores, como si no mereciéramos algún éxito alcanzado. Sin embargo, es importante reconocer que somos capaces de lograr grandes cosas, con esfuerzo y dedicación. También es importante recordar que hay que mantener la humildad y sencillez ante todo.  

¿SER ORGANIZADO ES BENEFICIOSO PARA TI?

¿Alguna vez te has preguntado por qué las personas tienden a darle tanta importancia a ser organizados? Desde muy pequeños siempre nos han inculcado la necesidad de mantener ordenado nuestro cuarto, nuestros cuadernos, en fin, todo lo nuestro. Hemos crecido viendo como muchas de las personas que nos rodean se afanan en mantenerse organizados en todos los ámbitos de sus vidas.

Sin embargo, ha llegado el momento de dilucidar si ese afán por mantener el orden reporta algún beneficio para quien es ordenado, o si, por el contrario, no influye para nada en sus vidas.

Para poder entender esto, es necesario visualizarlo con algún ejemplo. La naturaleza es tan sabia que en ella todo es ordenado y sistemático de manera natural. Un ejemplo representativo es el cuerpo humano. Todas y cada una de las funciones orgánicas están regidas por un silencioso cronograma sistemático. Los distintos procesos que ocurren en el interior del cuerpo siguen un patrón de pasos ordenados. Uno de los casos más significativos es la transmisión de los impulsos nerviosos. Este es un proceso que ocurre sistemáticamente en la membrana neuronal, involucrando la apertura de canales químicos. Esos canales se van abriendo y cerrando de manera ordenada y secuencial. Si esto no ocurriera así, el sistema nervioso no podría funcionar de la manera tan eficiente en la que lo hace.




Esto nos lleva a lo siguiente: ¿el ser organizado está relacionado con la eficiencia y más aún, con el éxito? Definitivamente, la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Una de las características que tienen en común las personas que alcanzan el éxito en sus profesiones, es que tienden a ser sistemáticas y organizadas, ya sea con su tiempo, sus actividades o en su vida cotidiana.

Sin embargo, podemos percibirlo como el objetivo a lograr. Ser organizado conlleva una serie de beneficios para quien lo es. A continuación, te vamos a numerar algunos de ellos:

Se reducen los olvidos

Seguramente te habrás dado cuenta de que las personas que son desorganizadas tienden a ser descuidadas y olvidadizas. Esto no es una casualidad. Cuando no hay orden, es factible que se pasen por alto cosas importantes como fechas de entrega y otros compromisos. Al ser organizados, se tienen presentes todos los aspectos importantes, ya sea en el ámbito laboral o incluso en el personal, por lo que es menos probable que se sufran olvidos.

Favorece la concentración

Si eres una persona organizada, tu mente no estará constantemente ocupada pensando en las tareas y obligaciones que tienes pendiente. Esto te beneficia enormemente, porque te proporciona la oportunidad de enfocarte completamente en cada actividad que estés realizando, con lo cual los resultados que alcances van a ser totalmente satisfactorios.




Estimula la confianza en ti mismo

Cuando la planificación y la organización están presentes en las actividades que realizas, te sientes confiado en el logro de los objetivos que te has planteado, ya que has tomado en cuenta todos los factores que pueden intervenir. Esto te proporciona mayor confianza y te hace sentir bien contigo mismo.

Disminuyen los niveles de estrés

Cuando una persona es organizada y planifica lo que hace, significa que ha considerado todos los aspectos relacionados con cada actividad. Gracias a esto, la incertidumbre acerca de los imprevistos que puedan ocurrir disminuye y con ella el estrés que puede ocasionar.

Tomando en cuenta lo que te hemos planteado aquí, podemos concluir que la organización es importante en la vida de cada quien, con el fin no solo de alcanzar el éxito, sino también el bienestar personal.

Es por esto que te invitamos a analizarte y hacer una autorreflexión a ver qué tan organizado eres en tu vida. Si el resultado no es satisfactorio, no te asustes,  atrévete a hacer los cambios necesarios y verás cómo tu vida cambiará para siempre.

PERSONAS PERFECCIONISTAS

La perfección es un pensamiento utópico que la sociedad moderna ha convertido en un estándar. Hoy en día, la mayoría de la gente, se plantea objetivos exageradamente elevados en busca del éxito y la realización. Esto se da por la concepción distorsionada de que al ser perfeccionista se obtiene éxito más fácil y rápido. No obstante, la presión que genera “ser perfectos” predispone a mayores niveles de estrés, trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de alimentación y al uso y abuso de sustancias nocivas.




Personalidad perfeccionista

La personalidad perfeccionista o anancástica es el conjunto de emociones, pensamientos e interpretaciones por las que una persona mantiene metas más elevadas y rígidas de lo común. Estas personas se valoran en función de los logros alcanzados.

Es un rasgo que se manifiesta en edades tempranas de la infancia. Este, puede ser autoimpuesto o ser exigido por padres y/o cuidadores. Las personas perfeccionistas buscan alcanzar cada meta de manera excepcional y perfecta, sin dejar lugar a la duda o al error.

Características

Evaluaciones y Críticas Personales

Las personas perfeccionistas se proponen metas muy exigentes en las que se basa su rendimiento y su autoconfianza. Desarrollan diferentes sesgos del pensamiento o distorsiones cognitivas ya que estas evaluaciones también son sometidas a duras críticas, por lo que minimizan sus logros y sienten que su rendimiento no es el mejor.

Inseguridad

Algo que contradictoriamente marca a estas personas es la falta de confianza ya que se valora según los logros obtenidos. En el mismo sentido, sus fracasos los llevan a pensar que no valen absolutamente nada acentuándose de esta manera el sentimiento de rechazo. En consecuencia, generalmente, actúan en pro de lo que digan los demás, mostrándose inseguros y con una baja autoestima.

Dicotomía

Para ellos no existen los tonos medios, es todo o nada. Si vas a hacer algo, hazlo bien o no lo hagas; es su lema. Si fracasas una vez, fracasaste en todo.

Meritocracia

Las cosas que logran son realizadas en su totalidad por ellos. Es fácil pensar que buscarán cualquier método para alcanzar cada meta propuesta, sin importar que deban manipular a otros o que les cause algún daño. Pero no. Su fin único es demostrar que lo harán perfectamente y sin la ayuda de nadie ni perjudicando a alguien.

Controladores

No quieren, sino que necesitan el control de todo, de sus acciones y de las conductas de los que le rodean. Busca tanto su máxima expresión de perfección, como la de su círculo más cercano. Aunque a veces, estas expectativas pueden generar daños emocionales. También el orden y la limpieza deben imperar en sus vidas.

Responsabilidad

Son personas extremadamente responsables y puntuales, debido a sus altas expectativas y exigencia propias.




Ventajas

El ser una persona perfeccionista puede traer algunas ventajas, sobre todo si se trata del tipo adaptativo. En esta forma, aunque la persona no logre alcanzar los estándares establecidos, no es estresante, no hay depresión y por ello es más favorable su comportamiento. Algunas ventajas nacen a partir de las características, las cuales son:

-Trabajadores.
-Grandes Profesionales.
-Organizados.
-Limpias.
-Perseverantes.
-Constantes.
-Motivados.

Desventajas

Las desventajas o inconvenientes son frecuentes en personas con perfeccionismo no adaptativo. Estas personas sufren tratando de evitar fracasar, más que por ser exitosas. Existe preocupación constante y se deprimen con facilidad debido a su inconformidad con los resultados. Pero existen otras desventajas como son:

Inflexibilidad

Actúan bajo un pensamiento dicotómico del todo o nada. Esto les otorga gran organización, pero les impide ser espontáneos, son de pensamientos fijos y lineales. Les cuesta más adaptarse al entorno.

Controladores

Ya se mencionó esta característica. Su necesidad de tenerlo todo bajo control les hace parecer en constante insatisfacción con los hechos, incluyendo los realizados por quienes le rodean. Esto no solo afecta su calidad de vida expuesta a constante estrés, si no que pone a otros en la misma situación, aun cuando no lo quieran.




Inseguros y Pesimistas

Como se mencionó anteriormente le temen tanto al fracaso que viven con inseguridad constante de sus actos, mientras externamente demuestran seguridad. Además, su meta no es solo lograr algo, sino hacerlo mejor que nadie. Pero sus inseguridades le plantean siempre el peor escenario posible antes de que se complete la acción. O una vez alcanzado el objetivo lo minimizan y no les parece lo suficientemente bueno o aceptable.

Ansiedad y/o Depresión

Con base en lo antes mencionado, se demuestra que las personas perfeccionistas viven entre la ansiedad de ser el mejor y los peores escenarios de fracaso ideados por su mente. Las exigencias y estándares propios y su necesidad de cumplirlos de manera eficiente los mantiene ansiosos. Por el contrario, la frustración ante una autocrítica negativa y sus inseguridades los frustra y deprime.

Irritables

La insatisfacción también los convierte en entes irritables, malhumorados y tensos. No saben o no se sienten capaces de disfrutar de lo que hacen. Dedican más tiempo y esfuerzo al qué dirán y se muestran inflexibles ante casi cualquier aspecto.